lunes, 25 de febrero de 2008

El problema de darlo todo

Lo que sucede después de que una relación lleva ya cierto tiempo de duración no siempre es algo esperado, ni deseado. Muchas veces creemos que la persona con la que estamos es la merecedora de nosotros y viceversa, muchas veces nos dejamos llevar más por la costumbre y la cotidianidad que por la razón y la mente. Siempre pasamos por alto pensamientos que pueden sacarnos de una mala relación, de una mala estabilidad, por temor a estar solos, pero no mintamos, si una relación es para estar mal y con la cabeza partida, pensando cosas que no son, pues sencillamente lo mejor será, por salud y por conveniencia, estar solo, seguir la “búsqueda” que a algunos les agrada tanto, o simplemente esperar a encontrar alguien que uno crea que por fin es.

Uno nunca termina de conocer a nadie, eso es cierto, por más o menos que uno lo desee, siempre tendremos sorpresas o situaciones que sacarán a la luz eso que nunca pensamos ni imaginamos que una persona a la que nosotros apreciamos tanto le iba a salir a flote. La malparidés.

Pero bueno, todo es parte de una construcción dada por el tiempo, y de los problemas y distintas situaciones que hacen que el ánimo de las cosas cambie notablemente en un momento determinado. Y lastimosamente estos ánimos no siempre serán lo que nosotros esperamos que sean.

Todo es muy bonito cuando se comienza una relación con esa persona que nos hace volar, soñar, que nos quiere, que nos ama, que “haría lo que fuera” con tal de hacernos sentir bien, pero qué va, todo eso es pura mierda y no es lo que en verdad fortalece ni mantiene una relación. Pues siempre en algún momento de confrontación entre dos o más, se terminan echando cosas en cara, y sacando a la luz rencores guardados y deseos de venganza desesperada por estar a mano, y saciar ese deseo de competencia que muchas veces entablamos con nuestra pareja y que nada tiene que ver con la duración o seguimiento de la caótica y muchas veces hasta falsa relación.

Además de eso hay que tener cuidado con qué tanto se abre uno, qué tanto dice uno las cosas, y qué tanto deja uno de hacer lo que le gusta o de pensar individualmente por darle gusto a ese otro que seguramente se desgarra las vestiduras cada vez que dice que lo haría todo pero que es mentira, siempre habrán mentiras. Entonces pilas, porque si seguramente usted es de los que deja de fumar por dar gusto a su pareja, de los que se quita los aretes o expansiones, de los que no se hace tatuajes porque entonces le dejan de hablar y no lo vuelven a tocar, de los que no sale a emborracharse, o deja de trabarse, supuestamente porque ya no lo necesita, y además su novio se va a emputar y va a salir en busca de venganza aunque usted ni se dé cuenta o él no haga más que decir que no es esa su forma de actuar. Pilas porque si usted es de esos a lo mejor pasa por alto que su novio sea un adicto al internet al que le encantan los amigos virtuales y a lo mejor no es para nada más que una “amistad” virtual, pero por ahí se comienza, uno nunca sabe, y de todas formas es jugar con fuego. Pilas porque usted no sabe cada que su pareja se va de viaje va a salir en busca de algún “compañero” para conocer la escena del lugar en donde se encuentre (que por cierto es la misma en todas partes), para conocer el ambiente y ser todo un putas y estar al tanto de todo lo que pasa y peor si es un tipo viejo al que todo el mundo conoce y que tiene contactos, amigos, compañeros y gente conocida en todas partes, todo un popular. Pilas…de cada uno depende qué tanto se destapa y se deja conocer sin recibir más que palabras vanas a cambio. Aunque generalmente uno no se percate de eso o porque no le dicen nada para no tener problemas escudándose en lo poco importante que es, o porque uno es muy huevón.


Precisamente la idea de una pareja es eso, por encima de cualquier cosa mantenerse juntos y que la atracción no sea únicamente algo físico. ¿Pero de cuando a acá lo dejan de querer a uno por envejecer, o por no estar dentro del prototipo de churro? Creo que todo esto está dado finalmente gracias al internet y las páginas de contactos. Debe sentirse o muy sola la gente para entrar ahí, o con ganas de popularidad, o con una arrechera inmensa, o no satisfecha con lo que tiene y en vez de buscar soluciones directas se abren por la tangente, y pues finalmente ojos que no ven, corazón que no siente pero la traición se paga con traición es la justicia divina, finalmente todo se le devuelve a uno. Así que antes de juzgar a alguien que sea un hijo de puta con ustedes, hagan una pausa y pienses que tan malditos son ustedes con las personas que los rodean, con los que en verdad los quieren y se desviven por ustedes antes de armar cualquier mierdero y sí, para pelear se necesita más de uno. Y generalmente si las cosas fallan no es únicamente por uno, hay que mirar bien, es muy fácil juzgar al otro sin ponerse en sus zapatos. Y otra cosa "el que las sabe las hace", no falla y muchas veces el injusto es uno, así que mejor prevenir que lamentar.



Algo que hay que tener muy en cuenta:

1. Cada persona, por más que diga lo contrario necesita su espacio.

2. Hay que procurar mantener siempre discresión con algunos temas, es evidente que no se puede contar todo, ni abrir por completo una cabeza a alguien.

3. Mentiras siempre habrán, por más que uno no quiera, no todo el mundo cambia por estar con alguien, no para todos es fácil, hay gente que está agarrada a muchas cosas, pretender que la gente va a cambiar es complicado, casi imposible, y más cuando están acustambrados a cierto tipo de vida.

4. Perdonar a veces es muy difícil.

5. Controlar el ego y el ser posesivo es algo muy complicado de lograr.

6. Monogamia..., creo que eso quedó en el siglo pasado, ahora todo es tan rápido que con uno no es suficiente. Eso de aguantarse se volvió un imposible.

7. Sexo sin amor, claro, puede haberlo, todo el del mundo. Así que no es raro si la pareja de uno se acuesta con todo el mundo pero te sigue amando...(a pesar de estar al tanto de lo mucho que te incomoda que lo haga).

8. Internet pudre a la gente en vida, es una adicción peor que la heroína. Si estás podrido y no quieres dar mucha boleta, entonces es recomendado tener un sin fin de cuentas electrónicas para cada momento, para cierto tipo de personas y para no levantar ningún tipo de sospecha.

9. Decir la verdad no siempre es bueno, hay verdades que duelen y personas que no las toleran, entonces a veces es mejor no mencionar nada y esperar a que el peso de la culpa tenga efecto sobre los que todo lo guardan y pretenden que nada salga nunca a flote.

10. Finalmente el cuerpo es de uno, lo que uno haga o deje de hacer con él es problema propio. No creo que a uno lo quieran más por tener el pelo de un color u otro o ser de cierta edad, no, el tiempo pasa...claro, pero siempre existirá gente que se ajuste a nuestro molde preferido así que para aquellos que vivan dentro de esa escena plástica, siempre existirá alguien nuevo que se ajuste a sus gustos.