martes, 2 de junio de 2009

Relato de un difunto

YO: Mamá soy gay...
MAMÁ: ¿Cómo? (preguntó mi mamá mientras seguía planchando)
YO: Soy gay...
MAMÁ: No, no puede ser!!
YO: Mamá estoy seguro, siempre lo he sido.
MAMÁ: Pero, ¿y tus novias?
YO: No, todo fue un engaño, un engaño que ya no tolero más, me estoy enloqueciendo, siempre lo he sabido, pero me gusta alguien, y me gusta tanto que no puedo soportar esta doble vida.
MAMÁ: Es imposible, todos los maricas son unos degenerados drogadictos (me detuve un segundo a pensar en aquella afirmación).
YO: No mamá, lo supe antes de conocer e incluso de probar las drogas.
MAMÁ: Siempre lo supe, un muchacho como tú, con todas las oportunidades, desaprovechando todo lo que se le ha dado, siempre llevando la contraria y ahí estás pintado, jodido!!!
YO: ¿Pero qué tiene que ver todo eso?
MAMÁ: No quiero hablar más contigo, me das asco. Espera a que tu padre se entere de esto a ver si te cura la mariconada a golpes.
YO: Pero mamá ¿cómo se cura algo que para mí ha sido normal?
MAMÁ: Es horrible, tantos años educándote para nada, qué horror, lárgate a tu habitación.
YO: Mamá...
MAMÁ: LÁRGATE!!!

(Tuve que dejar así, e irme a mi cuarto, recostado en cama me agarró el sueño...de pronto estaba mi padre entrando al cuarto, sonriendo y sin decir palabra alguna me dio un fuerte abrazo, cálido, como nunca antes me lo había dado, y llegó mi padre quien de un golpe abrió la puerta amenazante, con su actitud de destructor, posesivo y dominante que siempre lo caracterizó...por lo visto, habría preferido seguir soñando).

PAPÁ: No quiero una loca en mi casa!!!
YO: Papá ¿qué hago? Siempre he sido así, solo que he guardado esto durante toda mi vida, y ya no lo soporto...
PAPÁ: O te mejoras de la cabeza, y dejas de regalar el culo, o te vas. No quiero ninguna maricota en mi casa. Qué pensarán tus hermanos.
YO: Ellos ya sab...
PAPÁ: ME IMPORTA UN CULO, O DEJAS LA MARICADA O TE VAS!!!

(No sé por qué sentí que la ira comenzaba a recorrer a gran velocidad mi cuerpo, no sentía miedo alguno, y decidí actuar, no podía dejar que sus errores como padres entorpecieran una realidad que no tenia revés, y que por mucho que la tuviera según ellos, no iba a permitir).

YO: Pues no, ustedes no se equivocaron, solo me educaron bajo una normalidad que ustedes consideraron única y acertada, pero no era así, he tenido que vivir toda mi vida escondiendo algo que soy por temor a la reacción de ustedes, intolerante, y desafiante frente a algo que no tiene solución, que no tiene revés y que no estoy dispuesto a esconder más.
PAPÁ: No eres hijo mío, me das asco (acto seguido, me regaló no un abrazo sino una bofetada que rompió mi boca).
YO: Está bien, no soy tu hijo, pero sí eres mi padre, y me das lástima (abrí el armario, y respiré profundamente, no había de otra, saqué un morral, y comencé a guardar la ropa que me cupo en él, luego de alguna forma volvería por el resto).

(Papá se dio la vuelta enfurecido, gritó a mi mamá que no se me acercara, y algo intentó decirle a mi hermano, pero él logró silenciarlo ignorando todas sus palabras venenosas y enfurecidas, así que terminó entrando a mi cuarto).

BERTO: Tranquilo, yo te apoyo, sabes que eres mi hermano, que te quiero mucho y que de mi parte jamás recibirás una mirada diferente a la que tienes, me vas a hacer mucha falta, y no te preocupes que algún día, de la forma que sea, mis padres se darán cuenta del error que han cometido dándote la espalda justificados en algo que no tiene sentido.
YO: Gracias, eso lo siento con cada una de tus palabras, no puedo decir mucho más (le dí un fuerte abrazo y él a mí, lloramos, le dí la mano, me dí la espalda y me fui. No tuve como despedirme de mi hermana, pero le dejé saludos con él, sabía que ella y mi hermano se apoyarían mutuamente en mi ausencia. Solo llevaba ropa. No llevé ni celular, nada, no quería que me llamaran a amenazar, o a putear, ni a pedir perdón, para mí el asunto estaba claro).

(Salí de la casa algo, desorientado, pero no me sentía confundido, es más de alguna forma me sentía libre, muy libre, más libre que nunca, estaba tranquilo, no me sentía deshonesto sino completamente sincero, sentía que no le debía nada a nadie, y así me fui caminando un rato hasta que la maleta fastidio algunos músculos y tuve que coger algún transporte a casa de mi amigo, al cual no había tenido tiempo de avisar nada de lo sucedido).

(Llegué a su casa y desempaqué, le comenté lo sucedido, me regaló algo de comida y se fue a hacer unas vueltas de la oficina, así que quedé por un momento solo, en silencio, reflexionando acerca de lo sucedido, lloré mucho, pero me sentí muy feliz, pues finalmente y no como yo esperaba recibí apoyo de todas las personas que me rodeaban menos de mis padres, pero ya no podía pensar más en eso, tocaba seguir adelante, había proyectos, propósitos que tendría que cumplir, pero jamás pensé que las puertas se me iban a cerrar).

(Frente a la posición mía, mi padre se vio envuelto en un drama del cual al parecer para purgar tenia que meterme el pie en todo lo que yo estaba envuelto, trabajo, amigos, demás familia e incluso gente que ni yo conocía, todo con el fin de hacerme caer en cuenta de que yo había cometido el peor error de mi vida).

(Supe por personas externas a la familia que mi padre había enloquecido, tanto que mis hermanos lo habían abandonado y nunca pudieron comprender su crueldad e intolerancia cuando supuestamente nos había educado de una manera correcta. Mi madre tuvo que salir de casa pues no aguantó tanta presión y al parecer reconoció el error que había cometido, de alguna forma se dio cuenta de que estaba mal y supo agachar la cabeza pero no soportó ni un minuto más a mi padre, aunque también supe que nunca dejó de ser homofóbica a muerte, y siempre fue despectiva frente a los homosexuales, nunca frecuentaba sitios donde supiera que ellos estuvieran porque les tenia pánico, odio, repulsión, fobia).

(Varios días fueron los que estuve en casa de mi amigo, pero ante tanta discordia, su entorno social se comenzó a ver afectado. Estaba cansado de la vida, estaba rodeado de buenos amigos, finalmente comprendí que la familia son los amigos, y que esa palabra tiene un profundo sentido que no es fácil de comprender).

(Como un acto, no de cobardía, sino de respuesta a todo el daño que mis padres se habían dedicado a forjar en mi contra, tomé una decisión...creo que el rencor en algún momento se apoderó de mí, siempre que iba a orgías, o me acostaba con alguien soñaba que mis padres pudieran presenciar aquel momento, me encanta pensar en sus reacciones, y finalmente eso concluyó en algo que para gusto de muchos, no mío, digamos que fue un sacrificio lo ocurrido, era algo que se venia venir, para muchos, pero no para mis padres, ellos se quedaron con el deseo de volverme a ver, con un nudo eterno que jamás podrian soltar, con un perdón que alguien que había dejado de existir no les podia dar).

(De esa forma puse fin a mi vida, de esa forma los obligué a pensar siempre en mí pero de otra forma, bajo el sello de un sentimiento que jamás podrian entender. Y lo siento mucho, por el tiempo que no pasé, por los que dejé, pero es una consecuencia de un grito desesperado que no tenia otra forma de ser escuchado sin ser silenciado).

(Más de uno se acercó el día del entierro a felicitar a mi padre, más de uno le sacudió la malparidez con la que había llevado todo a tal término, y ni la borrachera más larga pudo borrar de su memoria el monstruo que de un día para otro reconoció en sí cuando se miró al espejo y yo ya no estaba. Murió solo, mis hermanos lo olvidaron, mamá desapareció, algunos dicen que se fue del país a buscar suerte en otros horizontes donde lograra distraer la podrida cotidianidad que la agobiaba tanto).

(Nunca dudé de mi condición, nunca me sentí adolorido por ello, nunca intenté cambiar por someterme a algo que no era yo...nunca olvidé las manos amigas, ni las sonrisas y besos otorgados, pero nunca pude dejar de sentir el odio que unos cuantos escupían sobre mí. El día que me fuí de casa, pensé que iba a morir para mis padres pero no, cobre vida, pero despreciablemente, me dí cuenta que el poder no lo es todo, pero que influye absurdamente, que el dinero así como está no es de uno y termina iéndose, que lo que más vale y siempre queda en uno, no se puede describir y es muy grande).

(No puedo hablar de lo que pasa ahora, a todos les dañaría la duda, solo puedo decir, que en algún momento existió, alguien que mereció vivir pero también morir para abrir los ojos de unos pocos que no dejaron sino esa puerta).