"Al principio, nuestra piel estaba seca, pero pronto se cubrió de brillantes gotas de sudor. No podiamos dejar de mirarnos. Deslizó febrilmente las manos bajo la cinturilla de mis pantalones cortos. No se oían más sonidos que el silencio del bosque, el canto alegre y despreocupado de los pájaros y el crujido de las hojas bajo nuestras zapatillas de clavos..." EL CORREDOR DE FONDO