domingo, 19 de abril de 2009

Manifisyo

Como persona, soy alguien que en medio de todo carece de un sentido social o que más bien frente al absurdo frenético de vida en una ciudad congestionada prefiere escapar y volver al sitio que me dió la vida.

Y ahí estaba yo otra vez, ya por tercera vez en lo que va del año parado mirando al infinito horizonte rodeado por sonidos que en nada me recordaban la ciudad y que nada interrumpían mi calma y mi pensar.

Había vuelto a ser yo, me encontré conmigo, con mi alma, con mi espíritu que se encontraban ahogados dentro de una orda de sentimientos y angustias de los cuales me era imposible escapar y no prestar atención, debido a la magnitud de negativismo que tal vez, en su punto máximo, estaba logrando su objetivo destructor para conmigo.

Como alma libre, de espíritu incorruptible, y pecador, estaba dentro de mis cinco sentidos en medio de un paraíso, un paraíso que corre el riesgo de desaparecer cuando los polos terminen de formar parte te las aguas que rodean las hermosas costas que mi cabeza centran, o no, que hacen que mi cabeza vuelva a mí. Ni el frío, ni la lluvia impedirán jamás, en ese lugar, mutilar mi sonrisa. Ni la fiebre más alta logrará quitar el gesto de satisfacción que en mi rostro se refleja, todo esto, por estar en casa, la misma casa de todos, pero eso no muchos parecen saberlo.

Y me entontraba con dos de mis mejores amigos, luego serian tres, pues esperaba con impaciencia al más importante de todos (por motivos que he explicado anteriormente), mirando al frente, perdido en la inmensidad, en lo infinito, en lo macro puro, en lo azul que no se sabe si es o no cielo. Ahí parado, con infinitas picadas, con el sol quemando mi espalda, recorriendo algo que en cada milésima de segundo cambia, algo que nunca vuelve a ser igual, y cambia tan constantemente que no viviría ni soportaría tantos cambios un humano como yo.

Reflexioné mucho, tanto que un momento dado mi cabeza colapsó y tuve que resetearla, reflexioné a tal grado que creo que jamás había tenido un horizonte tan claro de lo que queria que fuera mi objetivo, sueño y expectativa de vida. Y me iré, pues allá es a donde pertenezco y contra viento y marea, cumpliré el pronto objetivo de dedicarme a lo que he estudiado estos años, en medio de un tesoro y con todos mis amores juntos, pues no habrá entre ellos molestia alguna.

Impaciente espero el momento de poder fundir todas estas ideas, y poder partir. Volveré, pero como el visitante que soy, y como el visitante que seré en mi casa, pues dueño de ningún lugar soy. Volveré como invitado, de pronto forzado, de pronto sin ganas, de pronto con deseo, pero no arrepentido, por eso, luego de un tiempo donde terminaré de preparar y ultimar detalles, levantaré las velas. No será mañana, tal vez dentro de un par de años, pero está decidido.

Dentro de un espacio donde nunca hay culpables, y los malos son solo maquillajes, y ante el futuro que jamás dejará de ser podrido, he tomado la desición de dejar de formar parte de algo que está consumiendo mi existencia y mi esencia además de persona, como artista. Creo que sin dejar de pertenecer a un círculo al cual me es imposible escapar, desde otro lugar, sin que lo sepan sus mayores, estaré volando más alto de lo que este habria tolerado.

Sin embargo hay cosas que solucionar antes, por eso el tiempo largo antes de elevar el ancla, no quiero dejar nada a la deriva, no quiero que sea algo tortuoso y tempestoso, o al menos injustificado y sin base.

Ocurrieron muchas cosas, entre ellas, luego de casi cuatro meses, me ví otra vez con mi amor, tal vez el único que puede entrar en conflicto con los otros amores, pero sin duda, el más grande de todos, el que remató mi confusión y logro ponerme dentro de mi mismo y recoger todo el desparrame del cual formaba parte, y así, me puso en marcha nuevamente, a él mis más grandes afectos, a él todo, que aunque en momentos no quiera, y piense que tiene algo que devolverme, yo sé que conmigo está tranquilo, ambos lo estamos, como nadie más sobre el planeta tierra.

Sin embargo, debemos pensar en algo en conjunto, que la desición no se trate de solo un capricho, un deseo que en algún momento muera o se pierda en la infinidad del vacío y quede inconcluso.

En Semana Santa, mientras que unos se encargaron de volver a crucificar y revivir a Jesús, yo me fuí y me resucité a mí. Comprendí que dentro de mí hay algo que no puedo explicar y es esa paz, esa tranquilidad y alegria que estando en un determinado sitio, muy específico, me brinda la presencia del magno y variante.

Creo que se reunieron todos los puntos de mí existencia en un armonioso punto donde el conjunto resulta ser muy gratificante, y donde puedo ejercer mi profesión, rodeado de vida.

La vida en la ciudad me resulta muy contaminada y muy complicada, y algunos la ven como única salida, pero no es muy alentador para mí estar en un sitio donde una de las mejores profesiones con ingresos suficientes es trabajar en un semáforo. Aunque suene espantoso y aunque para muchas personas sea la única posibilidad, a mí me resulta negativo, y creo que yo, contando con más posibilidades tengo derecho a validarlas, a buscarlas también, pero fuera de la colmena capitalina.

Mis hermanos, a ellos gracias por abrirme los ojos, en especial a aquel que con su empatía hacia mí me ha logrado formalizar y encaminar por un rumbo distinto al de la perdición y la formalidad de una vida constituida en medio de una ciudad llena de leyes pero vacía. A mi tocayo de segundo nombre, en dilemas como el mío y otros un tanto distintos, mis palabras le dedico. A él y a Rodrigo principalmente, les agradezco sus palabras, sus puteadas, porque han logrado permitir que esta cabeza, llena de ideas, de conflictos y de sin límites, haya logrado concretar algo.

Algo que a muchos les parecerá una ridículez, pero no espero que sea del agrado de todos los que me rodean, ni tampoco que me lo refuten, solo que lo respeten, habiéndolo entendido o no. Y no partiré sin haber dicho hasta luego, sin haberme puteado y reido con algunos que no veré en mucho tiempo, tiempos de selección de caminos...pero lo haré.

Bajar por un sendero, que iba siendo silenciado por el sonido producido, llegar a un punto donde solo se escuchaba su poder, dormir a menos de diez metros de él, ver su comportamiento, entender el diálogo que existe con la luna, mirar mi sombra en la arena por la noche sin ningún bombillo, sentirme tentado a entrar y perderme en él, no son ni la mitad de las cosas que jamás terminaría de decir con respecto a...

...la adrenalina, el poder, el riesgo, la evidencia clara de la vida disfrutada colgando de un hilo, el amor, el color, el olor, el sudor mojado, el pánico, el no saber qué hay abajo tuyo, ese encanto que pocos entienden y amarran a una 'locura', aquella locura que me es permitida, que me fascina y aquella locura por la cual moriría sin pensarlo dos veces, aunque no signifique que vaya a ser así, tendria que tratarse de un accidente o sencillamente de un punto sin escapatoria, del fin que a todos nos espera, de nada más.

Velocidad, concentración, son tan solo un par de características en requiere estar previo a levantarse sobre el agua, seguridad, pasión al lograrlo, al verse avanzar en conjunto con algo que en medio de su agresividad, se convierte en una herramienta de diversión y en una forma de vida.







5 comentarios:

Potter dijo...

Maravilloso Sr. Green
me identifiqué con los parrafos 4-7-9-11. pero hay algo que no logro entender en el trasfondo... lo leeré de nuevo a ver...


... (leyendo)...

Sip. el mensaje cifrado de dejar de pertenecer a algo que esta consumiendo su existencia.

Un abrazo Sr. Vaso Verde (bueno, sí hay linterna verde, porque no, un vaso)

Tomás dijo...

Admiro las palabras que expresan tus sentimientos y diversos amores.

Las imágenes son exquisitas y atractivas.

Espero que puedas cumplir todas tus expectativas sueños y deseos de la forma que deseas.

Abrazos y ojalá escribieras con más frecuencia men porque siempre espero tus palabras y si demoras te extraño.

Oz Vega dijo...

Bueno... vine a leer para que hablaramos el mismo idioma...
a veces creo que hace mucho dejamos de hacerlo.
Sabes... en cartagena huyendo de la seguridad del hotel y de mi acompañante, me meti al mar a oscuras. Por un instante recorde los tiburones de la pelicula, pero fue un instante pequeño. Ahi curiosamente me senti enorme... no era una minuscula particula en un enorme mar, era uno con él, era parte del mar. Quizas es lo que debo buscar de nuevo en mi vida cotidiana. No solo ser parte del mar, tambien ser parte del universo, para dejar de sentime pequeño y comenzar a ser uno solo con el universo. Ahi comprendere mi grandeza y ahi tendra una utilidad apreciable mi existencia.
Hoy, antes de comprar la boleta del cine, pense en que a la misma hora te habia dicho que estaria en linea. Lo pensé dos veces antes de entrar a cine, pero quizas no ibas a estar conectado. Ahora me quedó la duda... creo que hubiera sido mas productivo para mi animo conversar contigo.
besos desde mi lejana galaxia

Thorin dijo...

Y a dónde hay que ir para resucitar de esa forma ? Es que no me has contado a donde te fuiste querido de vacaciones. O bueno, parece que te fuiste más bien de epifanía.

Milo Gasa dijo...

Definitivamente envidio tu compenetraciòn con la naturaleza... yo me considero un verdadero adicto a la contaminación.

Un abrazote y un besote, no sabes cuánto me alegra que estés por ahí.