jueves, 24 de mayo de 2007

De cómo creí en un Dios que no existe 2

Cuadramos el siguiente encuentro un día después del primero, en un sitio que jamás habría pensado. Nos encontramos temprano, y estuvimos juntos todo el día, hasta finalizada la tarde. Yo conocía la situación, y sabía que él estaba “emparejado” hace varios años, pero sabía también que la relación de ellos era muy abierta y sincera, cosa que me tranquilizaba enormemente.

Estaba ya dispuesto a irme a encontrarme con unos amigos, que esa noche iban a estar celebrando cualquier motivo de esos que unen a la gente para tomar y embrutecerse, cuando escucho esa invitación a ir a bailar…¿Quiénes iban a bailar? ¿Bailar? Nah.

Terminamos en casa de un amigo de ellos, abrimos una botella de ron, y nos quedamos conversando un rato, hasta que recibimos la llamada esperada y salimos a recoger a Richi. Evidentemente mi sobriedad estaba unos cuántos metros a mis espaldas, me sentía bastante nervioso y no era para menos. En contados minutos iba a conocer al que sería mi nuevo amor. ¿Ah? Momento, ¿quién dice que solo se puede amar a una persona? Que en medio de todo tengamos mucho de conservadores dentro no quiere decir que no haya qué explorar.

Por lo general no converso mucho…, soy algo reservado y bastante tímido, además me gusta escuchar lo que los demás hablan. Nos encontrábamos en la sala y yo estaba muy ¿nervioso?, posiblemente sí…cosa que me tenía tomando como normalmente suelo beber, mucho. Claro que en medio de todo la idea no era caerme o desconectarme, la estaba pasando muy rico, pero si me escude un poco en el licor, para desinhibirme un poco y entrar más en confianza…y llegó la comida!

Nos sentamos en la mesa, comimos y no hacia sino mirar a Richi y estudiar su forma de comer. Y me da a mí este ataque, en el cual tengo que terminar la comida antes que él, ¿por qué? Creo eso nunca lo sabré, entonces dejé de disfrutar la cena que estaba deliciosa por cierto, y me puse a buen ritmo para lograr terminar antes que él. Pero no alcancé y el terminó primero.

Nos fuimos a bailar. Llegamos al lugar y nos sentamos a un costado de la pista, pedimos las bebidas, y yo me quedé mirando el sitio que no conocía, me pareció muy bonito, y aproveché que no había mucha gente para estudiarlo con calma.

Compartí con Richi la idea de no bailar, al parecer no es algo que nos apasione a ninguno de los dos, y así mientras los demás iban a bailar, charlábamos un poco y los mirábamos. Claro que no me iban a dejar sentado toda la noche, yo acepté la invitación a bailar que quede claro, no a quedarme sentado charlando y fumando. Así que luego de verlos bailar a todos, incluyendo a Richard, que por cierto baila muy bonito y se ve muy tierno, vino a mí imponente Javier y de tanto camine y camine logró sacarme a bailar. Que cosa más rica, creo que nunca había disfrutado tanto bailar con alguien, nunca lo había hecho de esa forma…me encantó, floté, fue hermoso, hermoso. Uy cosa tremenda! Y bueno al día siguiente ellos tenían que madrugar y eran ya como las 3:00am así que nos fuimos del lugar. Yo me adelanté un poco luego de que me ayudaran a subir porque estaba algo mareado, y Richi iba atrás mío, sin pensarlo dos veces nos besamos. Delicioso, encantador. Además es algo complicado resistirse a la mirada de Richi, es una cosa sensacional, y esa lengua, y esa boca, y esa…., y esa…. mmm que rico!

Ahora tendríamos que compartir nuestros sentimientos, todos…¿Cómplices?

Espero que a mi piedra le guste este pequeño rasguño de su espada!

3 comentarios:

RicardoK:. dijo...

1) Me encantó tu relato, tienes una forma muy especial de escribir
2) Muy linda la dedicatoria
3) Mi corazón se acelera al oir en mi mente tu voz como si me leyeras este relato al oído

Giorgio Pasteur dijo...

Me gusta la forma en la que escribes, super romantico, ojalá yo pudiera expresar esas cosas, pero es que aveces no me sale.

Bienvenido a la blogosfera

Elias dijo...

hola...por acá pasando a conocer...bonito blog.