A la edad que tenia en ese momento pensaba que ya nada podía ser nuevo, que ya conocía todo y tenia la costumbre de relacionar todo con el pasado. Hoy me arrepiento de eso y me dí cuenta muy tarde que es cierto que todos los días se aprende algo. Demasiado tarde. Nunca fui capaz de decir las cosas con claridad, era cobarde y reprimía mis sentimientos.
Sin duda alguna fue David mi pareja soñada, a pesar de nunca prestarle mucha atención a sus palabras de malestar que conmigo intentaba calmar porque no toleraba que existiera inconformidad por parte de él en la relación y me limitaba a pensar que todo tenía que ser bueno. Hoy puedo decir que quería que todo fuera bueno para mí principalmente, me arrepiento. Nunca pensé en él, nunca estuve de su lado ni intenté estudiar aunque fuera superficialmente su situación.
Se desvivía por mí, me apoyaba en todo así no estuviera de acuerdo porque lo había acostumbrado, casi que obligado a siempre estar de acuerdo conmigo, sino era motivo de conflicto y yo no lo escuchaba a pesar de aparentarlo. Él no tuvo problema en dejar de contradecir mis palabras para que todo estuviera siempre bien y no discutiéramos por su culpa...
...estaba ciego y no me dí cuenta que había comenzado a cambiarlo como yo quisiera, soy un ruin...
...el mejor momento de mi vida mal aprovechado, desperdiciado.
Llevo ya cuatro largos años con cáncer. De garganta en un principio, y luego por todas partes. No quise hacer tratamiento pues no comparto la idea de la prolongación de la vida. Antes de la garganta, tuve en la próstata. Cualquier cosa menos la próstata así que ese tratamiento sí me lo realizé. Eso fue hace seis años, llevaba apenas un año con David. Luego de la operación, exámenes y terapias era evidente que no podía tener la misma erección que antes. Tenía orgasmo pero no producía semen. La depresión fue tremenda, y él siempre estuvo ahí conmigo. Tanto que incluso me llegué a sentir fastidiado, que idiota.
Pero eso fue pasando...
...y tuve una nueva preocupación. Pensé que David sentiría inconformidad sexual conmigo y comenzaría a salir con otra persona. Yo tenía claro que él no se acostaba con nadie más, puesto que era parte del estar enamorado y yo pensaba igual, solo que al sentirme inútil sexualmente estuve horrorizado.
Alguna que otra vez le propuse que saliera, con la intención de que consiguiera alguna pareja. Él no lo hizo, ni siquiera eso le agradecí. Disfrutaba conmigo todo momento y no tenía necesidad de nada más. Preferiría masturbarse a mi lado antes que otra cosa. Nunca comprendí que era yo el más bello y hermoso ser para él y siempre me burlaba o le decía que eso no era cierto. Él, que siempre tenía cosas bonitas que decirme, me decía lo tanto que yo le gustaba y llenaba y a mí nunca me importó. Me arrepiento.
A pesar de lo orgulloso que me sentía de tenerlo y de lo afortunado que eso me hacía, seguía viviendo en el pasado, y aunque sabía que eso le hacía mucho daño siempre tenía algo con qué defenderme pero nunca tuve algo para entenderlo. Que egoísta. Y aún así fuimos felices, a pesar de siempre imponerme a él y no vivir plenamente.
Ahora estoy en mi último momento de vida y recuerdo ese último momento con él. Que seguramente si por mí no fuera, él estaría acá conmigo. Solo él me importa. Puede venir el mundo entero a verme, y yo solo quisiera sentirlo una vez más para decirle lo mucho que lo siento. Me arrepiento. Recuerdo a la perfección ese último día, probablemente me lo merecía por canalla y cerrado. Nunca valoré las cosas, nunca cambié por él. Me maldigo.
Asuntos laborales nos habían impedido dormir juntos dos eternas semanas. Yo acababa de llegar a la casa y él se encontraba tumbado sobre la cama. Sonriendo y con su transparente mirada me saludó. Nos abrazamos y nos besamos. El volvió a tumbarse en la cama y yo me quedé mirando unos papeles que no merecían mi tiempo y atención tanto como él. Noté que se molestó pero no día mucha importancia. Entonces me propuso que saliéramos a bailar. Yo sin pensarlo dos veces y a pesar de estar rendido acepté.
Fuimos a una discoteca central donde el ambiente nos agradaba mucho a los dos. Al llegar buscamos una mesa para dejar los sacos y el licor y sentarnos a reposar. Bailamos exactamente tres canciones cuando pusieron una balada que a ambos nos gustaba mucho. Se me hizo raro que no la quisiera bailar. Me dijo que nos sentáramos a tomarnos un trago. No quise y me fui a buscar a alguien con quién bailar. Sin contradecirme fue y se sentó para que todo estuviera bien. La balada iba más lento de lo normal. Sabía que el no apartaba su mirada de mí. No me importó. No lo miré, estaba bailando. Sentí una rara energía de pronto. Como una cortada de pies a cabeza. La gente había dejado de bailar y miraban hacia un punto fijo. Uno de los asistentes había sacado un arma y disparado a uno de sus acompañantes.
Estaba a unos dos metros de David que se encontraba pasmado. Cruzamos una mirada y nos quedamos así un instante. Me sonrió, se levantó de la mesa y extrañamente sereno comenzó a caminar hacia mí. En ese momento las demás personas, estaban ya impacientes y a punto de linchar al hombre pero todos con miedo de resultar lastimados. No pude moverme. Mientras David se acercaba a mí, se había colocado de espaldas al hombre del arma. En ese momento un grito del público asistente me hizo reaccionar. Se cerraron frente a mí varias personas que por medio de empujones moví para abrirme paso.
David estaba en el suelo, de medio lado, como cuando dormía. Llegué hasta él y alcancé a escuchar el disparo que alguna persona había dado a aquel demonio desquiciado. Había muerto con una de sus balas. Hubo más tranquilidad en el ambiente pero un silencio subliminal. En su agonía David me miraba. Le temblaban las manos, yo cogí una de ellas y no dejaba de mirarlo a los ojos. Me arrepiento, ni siquiera en ese momento fui capaz de decirle que el era todo para mí. No era necesario decirnos que nos amábamos para saberlo. Pero en ese momento tenia que decirlo. No fui capaz. Sonrió dolorosamente mirándome a los ojos y se apagó. Me quedé llorando en su hombro un momento. Estaba perplejo, no podía creerlo. Lo rápido que me lo habían arrebatado. Llegó la policía y los médicos, me obligaron a evacuar el lugar con los demás asistentes. Me obligaron a apartarme de él. Y cuando nada ni nadie nos había podido separar era yo el encargado de eso. Me arrepiento. Ni en el último momento fui capaz de hacerlo sentir mejor. Lo amo, y nunca se lo hice sentir como merecía. Lo amo y ya no puedo volverlo a tener.
10 comentarios:
A veces no nos damos cuenta a tiempo de lo verdaderamente valiosa que es la persona que tenemos al lado y parece que inconsientemente nos dedicaramos a perderla ...es una triste historia
Slds
JHON
Aunque estemos seguros de que hay cosas que no necesitamos decir por que son obvias, nunca están demás.
1. Me quito el sombrero ante esta bella publicación.
2. No está de más decir "te amo". No está de más amar.
Muy triste tu historia... no hay nada peor que a un pérdida sumarle un remordimiento...
y cuando me vas a volver a poner en tus enlaces?
Bendito sea el amor que se encuentra a sí mismo, nunca es tarde para ello
Abrazos,
Isaac
Me dejaste un extraña sensación. Creo que es porque no se si es una historia o una vivencia tuya.
Quizás es porque sé lo que es vivir a la sombra de alguien que amas con todas tus fuerzas pero te ingnora.
Quizás porque se que la peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.
En definitiva no se por que me dejaste esta extraña sensación, pero te felicito por como escribes, porque tocas los sentimientos.
Saludos!!
Que es el amor? Es un sentimiento, es una palabra, es una sensacion?
Lo que realmente es preocupante es por que no lo decimos? Por que esperamos hasta que no podemos para hacerlo???
Lo rescatable es que no era necesario decir que se amaban para saberlo...El arrepentimiento es por no haber aprovechado mejor los momentos??. Creo que mi post puede ampliar un poco más mi comentario. Es gracioso, lo escribí antes de leer el tuyo...
Gracias por tu visita. Un gran abrazo!!!
Bueno es una historia fuerte y dolorosa, me encanta tu sentido del dolor emocional y el reiterado sentido sobre la muerte, soplo puedo opinar que la palabra que no se dijo a tiempo, ya siempre se dira tarde. Todo es asi en la vida... y en la muerte.
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