lunes, 18 de agosto de 2008

Por ser infiel mejoró mi relación (intenté, probé y me quedó gustando)

Para llevar un relación de escasos diez meses, ya habían pasado muchas cosas que me llevarian por el camino de la perdición. Con el riesgo de un resultado nefasto me adentré en algo que en este momento me es imposible dejar de realizar. Recuerdo con alguna melancolía ese Diciembre, en el que por impulso de una pelea, y un abandono, sumado a un deseo de venganza fuí en busca de una satisfacción. Dos pájaros de un solo tiro.

Aquel impulso se había dado porque un amigo muy cercano a mí se iba de viaje y yo estaba muy triste, motivo por el que había acudido a mi novio para que por favor me acompañara al aeropuerto. Ese día no lo llamé a avisarle que iba por él, y una vez en su casa, me abordó diciéndome que me había demorado y que ya estaba programado, que de malas, pero que no me acompañaba.

No sabía como iba a ser el resultado ni el transcurso de aquella acción. Aún así y dispuesto a asumir lo que fuera, comenzé a marcar el trayecto.

Fuí a un lugar en donde conocer a alguien no implicara sentarme a charlar, un lugar en donde podía cruzar dos palabras con alguien, incluso una mirada para entregarme a los placeres carnales del deseo sexual alimentado de una profunda tristeza, rabia y mucha pero mucha intriga.

Conocí a un hombre, apuesto, de cuerpo marcado y contextura gruesa. Nos presentamos, dijimos nuestros nombres, y nos entregamos a la faena. Él cumpliendo sus objetivos y yo, los míos. Terminó el encuentro. Hablamos un poco, y luego repetimos la pasión en menos de lo que canta un gallo.

En mi casa no dejaba de pensar en lo sucedido, me encontraba en un estado de éxtasis y por más que sentía que lo correcto seria sentirme mal, no era así. Me quedó gustando. Tomé la desición de guardar silencio de no contar nada y de seguir fomentando aquella aberración.

A mi siguiente encuentro con mi pareja todo estaba en calma. La charla fluida como siempre, el sentimiento de afecto no se había deteriorado. Y el sexo, igual. Era conciente de que mi cuerpo ya no pertenecía únicamente a él. Sin embargo, no me importaba, había dado un paso.

Desde ese momento, mis celos desaparecieron, no me importaba ya con quién estuviera él, o si hacia o no, si conocía a alguien o si se iba a conocer lugares como acostumbraba a hacer antes de conocerme. Me era indiferente, me daba igual, no me afectaba. Sin embargo, ante cualquier oportunidad o tiempo libre iba nuevamente en busca de nuevas experiencias, evidentemente con nuevos hombres.

En alguna ocasión se repitió un encuentro varias veces, el sentimiento sexual había dado paso a nuevos sentimientos, pensé en un nuevo amor. Pero se quedó así, me di cuenta que eso no era lo que queria, mucho menos lo que necesitaba porque a muchas de mis parejas les decía que era soltero, les ocultaba mi realidad de "estado civil".

Sexo pero no amor, sexo sin amor. Logré finalmente separar los dos términos que mantenian esas dos palabras juntas por tradición de parejas. Logré darme cuenta que uno podia ser felíz incluso acostándose con otros hombres, que el amor y el afecto seguían intactos. Que de alguna forma, de parte de los demás recibía muchas cosas que tal vez la cotidianidad de la relación hacía imposibles de ver. De alguna forma era mi refugio, ya no por sed de venganza ni por rencor, simplemente para dar un poco de variabilidad a mi vida sexual.

Hoy sigo con mi pareja, ya llevamos un año y medio, cada día el lazo se fortalece. Tal vez, en algún momento tome la desición de hablar de lo sucedido, tal vez nunca lo haga, y probablemente cuando me decida a hacerlo ya sea demasiado tarde. No lo sé. Lo cierto es que desde ese entonces, desde que comenzé una aventura que hoy sigo caminando, todo cambió y para bien, a veces la pasión en la cama incluso llega a estados que yo jamás habría imaginado de no ser por esa imprudencia que tomé. Me siento tranquilo conmigo mismo, de no celar y de no joderle la vida a mi pareja. De poder darle su libertad reprimida por obligarlo a estar rendido y sometido a mí.

Aún puedo decir que lo amo, que no espero enamorarme de nadie más, que mi vida no puede estar ligada a ese tipo de variable, esperando un nuevo amor para echar todo lo que hasta el momento he construido a la basura. Voy por un rumbo seguro, por un camino que estoy trazando, disfrutando de la cantidad de hombres que hay en este mundo para gozar. Finalmente es mi vida, de nadie más.



Esas pasiones son mi colección de sombrillas metafóricamente hablando.



Yo se que soy poco superficial
y que me manejo en la promiscuidad.
Sí, te voy a hablar con la verdad
para no perder el tiempo más.

(Sé que quieres, yo también,
te pongo a sudar y lo finges bien,
si quieres prudencia a nadie le diré,
y con elegancia yo te lo daré).

Sé que me quieres tener,
y yo te prometo,
prometo no hablarte de amor.

Me quieres tener.
Tu cuerpo descomunal,
sin indumentaria
lo quiero con todo respeto palpar.

Aaahh tu nombre olvidé yo preguntar,
dónde vives y cómo te gusta más,
quiero dejar algo en claro ya,
deseo hacerlo todo nada más.

(Tengo que advertirte, tienes que saber,
que igual no estaré al amanecer,
crees que solo te quiero para una vez,
pero sabes qué, dos estaría bien).

Sé que me quieres tener,
y yo te prometo,
prometo no hablarte de amor.

Me quieres tener.
Tu cuerpo descomunal,
sin indumentaria
lo quiero con todo respeto palpar.

Sensual, la depravación en mi es sensual, ruge mi nombre así sensual.

(Tengo que advertirte, tienes que saber,
que igual no estaré al amanecer,
crees que solo te quiero para una vez,
pero sabes qué, dos estaría bien).

Sé que me quieres tener,
y yo te prometo,
prometo no hablarte de amor.

Me quieres tener.
Tu cuerpo descomunal,
sin indumentaria
lo quiero con todo respeto palpar.


Panda
Procedimientos para llegar a un común acuerdo

5 comentarios:

Homo-Sapiensis dijo...

Gracias por compartir esta confesión sincera... El mundo de los afectos es de un espectro muy amplio, con muchos claros oscuros, donde se mezclan las expectativas, los ideales, con la realidad que al final es la que termina imperando. No obstante el instinto nos empuja, por mucho que incluso no lo queramos, a seguir buscando, a seguir satisfaciendo esos deseos, incluso inconscientemente... Pero, hay que vivir la vida, de eso se trata, no hay otra, existen muchos caminos, pero lo importante es no apartarse de uno en particular, el que nos lleva hacia nosotros mismos, con nuestros más y nustros menos, aceptarlo es básico, eso es lo que nos permitirá aceptarlo en los demás y a saber apreciarles y amarles, tla como son. Se feliz y recibe Un saludote

Vulcano Lover dijo...

Muchas gracias por la visita, que te correspondo. Me ha gustado esa sinceridad con la que cuentas algo así. La sinceridad es al final de todo, la clave de la belleza y de la grandeza de la vida y de las personas.
Me he reconocido en muchas pequeñas cosas.
Abrazo.

Arquitecturibe dijo...

Super intimo.... genial.
Aunque he visto las historias siempre desde el lado contrario... desde el lado de la cama solitaria y el corazon sin abrigo... nunca han sido mis sabanas las que se han quedado con el heroe de leyenda. Cosas de la vida.
Alguna estuve de acuerdo con ello... completamente... y me llevo a escribir aquello de "no saber hasta donde el trueque emocional era justo conmigo"... a veces apostamos sin saber hacerlo... casi siempre la apuesta se paga con lagrimas.
Dichoso tu, mi dulce amigo, que sabes lo que tienes y lo que quieres conservar!
Dichoso tu, mi dulce amigo, que puedes decir a viva voz que el heroe de leyenda cada vez abriga mejor tu corazon... y que no necesitas a nadie para agregar a un sueño cumplido!
Besos desde mi lejana y envidiosa galaxia

JavieRodrigo dijo...

¿Confesión?

Procura una linda noche.

jako dijo...

Pues la perspectiva es la antítesis de lo que generalmente uno esta acostumbrado a leer…pero nos lleva a hacer una gran reflexión de hasta donde la fuerza de voluntad es capaz de hacernos aguantar…es lógico que tienes claros tus sentimientos pero el instinto como siempre hace de las suyas.

Abrazo.