viernes, 13 de marzo de 2009

Barranquilla

A pesar del no sé por qué tedio del rolo hacia casi todas las regiones y distintas razas del país y en general, así mismo de las demás ciudades hacia el rolo más que hacia cualquier otro lugar, estuve creo que por unos cinco días en Barranquilla a principios de Enero de este año. Ya había, tiempo atrás rechazado varias invitaciones a esa ciudad, pues me encontraba en condiciones diferentes y me hubiera tocado vivir una vida heterosexual que a decir verdad no me llamaba mucho la atención habitar entonces desistí sutilmente, pues no era mi intención mostrarme desinteresado frente a una ciudad que ni siquiera conocía, pero siempre me ha parecido muy mamón viajar solo y encontrarme solo en medio de una ciudad, uno podrá conocer gente y socializar pero igual, no deja de ser un poco tedioso para mí, además soy de una timidez que aunque poco notoria me impide mucho.

Esta vez era diferente, pues iba solo, sin ningún compromiso y a encontrarme con una gran persona que mas o menos un mes atrás que no había podido ver por razones y motivos de vida que aún me sigo indagando e ignoro por completo la respuesta a la injusticia de una separación de fuerza que tal vez por lengua suelta fue una desición tomada por la vida y sus inciertos rumbos.

Una gran emoción invadía mi cuerpo, mi mente pero me tenia muy intranquilo y por ese momento no me encontraba muy bien de salud entonces tanta ansiedad resultaba perjudicial en un momento donde necesitaba estar tranquilo pero igual me decidí a viajar en una flota mas o menos durante unas tres largas horas hacia mi destino final pero temporal.

Siempre he sido un instantáneo generador de fantasías sexuales, y me gusta mucho jugar con eso recreando situaciones e imágenes en mi cabeza, la cosa cambiaría si pasara a otro plano...

...sin embargo, me encontré luego de estar en una flota abarrotada de personas, solo. Con el conductor de turno obviamente, y el otro conductor que estaba descansando pero que por la hora del día andaba de un lado para el otro en el corredor. Llegaron a Barranquilla, y me dejaron botado en una avenida que ya ni recuerdo cómo se llamaba porque no iban para la terminal. Cuando me bajé del bus, el conductor que había parado en un taller me dijo que volviera a subirme porque algo había pasado y que sí iba para el terminal entonces que me dejaba ahí, así que me subí...un poco desesperado porque el viaje no había sido muy cómodo y tenia muchas ganas de darme un baño y descansar. También de comer algo y por supuesto de encontrarme con él, llorar de alegria, darle un abrazo, muchos besos, y consentirlo, verlo contento, verlo sonreir, verlo felíz.

Pensé en todo el camino en la posibilidad de una llegada sorpresa, pero para esas cosas soy muy torpe o poco práctico y nunca logro idear nada para eso, me sentía impotente de concretar un plan específico para llegar a él sin que se percatara al respecto, así que ya estaba advertido de mi llegada, además iba algo malo de salud, pues yo imaginaba que estaba lleno de amibas pero tenia inflamado el hígado, y no le presté mucha atención hasta que fuí examinado. Nunca me he sentido bien asistiendo a un hospital, la verdad me da mucho fastidio y me siento como un carro que va al taller y le arreglan algo pero luego otra cosa le empieza a fallar, así que después de haber sido examinado personalmente y de haber asistido al médico posteriormente un par de veces, decidí por curarme yo solo, siendo moderado en mi, alimentación y bebida, sobre todo bebida.

Llegué al apartamento de su hermana, muy querida, muy atenta, me ofreció la ducha para que me diera un baño, con agua helada aproveche y me refresqué, me limpié la arena que tenia pegada por todas partes pues venia del mar, me perfumé, me cambié la ropa, me peiné, y me demoré un poco para que la espera se hiciera más corta, o dado el caso para que me encontrara en toalla, me encerrara en el cuarto y me iniciara en una pronta faena sexual de un mes de contención. Cuando salí de la ducha me vestí en el baño que era muy amplio, y salí a organizar un poco la maleta para no tener desorden por ahí volando. Estuve un momento en la sala hablando de mi viaje con su hermana y su sobrino, luego me ofrecieron algo de tomar, y yo bajé a la tienda a comprar unas galletas y un pan, no recuerdo muy bien. Cuando volví al apartamento, me lo encontré en la portería del edificio. No como había pensado ni cómo de pronto hubiese querido, pero fue un momento espectacular en donde cualquier malestar, ansiedad, y cualquier otra cosa desaparecieron para centrar únicamente nuestras miradas en los ojos del otro y sonreirnos mutuamente.

Dicen que todo tiene su espacio y momento, así que en ese momento no pudimos sin odarnos un fuerte abrazo porque estábamos frente a su hermana y sobrino, pero ya nada importaba, había sido un viaje algo tedioso y ya por fin estábamos juntos, era solo cuestión de horas para que encontráramos un sitio para quedarnos y listo.

Fuimos a almorzar a un asadero, luego volvimos a donde la hermana para ayudarle a organizar algo en el apartamento que estaba desordenado porque acababan de trastear, después lo acompañé a su casa a que organizara la ropa que iba a llevar, y nos fuimos a un sitio que un amigo de él le había recomendado.

Llegamos, dejamos las cosas, salimos a dar una vuelta por la ciudad que me asombró por sus edificios, sus casas, sus vías y su descongestión. Dejamos el carro en su casa y nos fuimos a descansar...

...pasamos siete días en los que la mayor parte del tiempo estuvimos juntos, y salíamos a caminar por la ciudad, a comer, a visitar centros comerciales, a cine y nunca fuimos de rumba por mi estado de salud, y a pesar de ser este un medio tan rumbero, o al menos antes, ya parece que el sentido a madurado para muchas personas, nunca he sido de mucha rumba. Cuando me regresaba a Bogotá, por cosas del destino tuvimos la oportunidad de regresarnos juntos, a una Bogotá fría e inmensa en donde solo tuvimos la oportunidad de vernos un par de horas en dos días que él se quedó acá porque tenia que regresar cuanto antes a Barranquilla. El viaje fue pesado, siempre 18 horas de viaje son pesadas y más si se viaja con niños, y si el tráfico está pesado, y si va un enfermo, pero se logró y agradecí mucho haber podido regresarme con él y los suyos, solo, no sé cómo hubiera sido, además estuvimos un día más juntos, aunque no mucho.

Ahora, dos meses después, no nos hemos visto. Se me han presentado acontecimientos que de una u otra forma han logrado despejar mi mente pero nunca que me hagan olvidarlo, siempre está presente en mí, y mi corazón siempre está allá con él.


5 comentarios:

Potter dijo...

Que lindo relato. Felicidades y oajala estes mejor de Salud!
Un abrazo

Anónimo dijo...

Muy interesante, supondo que esa persona se trata de tu pareja, aunque quedé a la expectativa de saber cosas más íntimas. Ja!

Un abrazo.

SÓLO EL AMOR ES REAL dijo...

Bendecida sea tu alma y tu camino a la luz

Isaac

Arquitecturibe dijo...

No te he visto al msn estos ultimos dias... queria mostrarte unas acuarelas de oz que te comenté, enviaría a españa...
espero verte pronto.
Un beso desde mi lejana galaxia

Potter dijo...

Aceptada la invitacion al vino tinto, pero no en un vaso verde... por lo menos no el vino tinto!