sábado, 23 de agosto de 2008

Por ser infiel murió mi relación (intenté, probé y todo se marchitó)

En la vida no todo es como parece. Nunca pensé estar en un punto trágico, muerto como en el que mi cuerpo reposa en agonía hoy. Lastimosamente, desperdicié toda una vida, una pasión y un amor por dar gusto a mis deseos carnales, por pensar que no era más que eso. Gran equivocación. ¡Qué gran dolor!

Todo iba muy bien en mi relación, podria decirse que teniamos en conjunto un afecto que era de envidiar, una mirada entre nosotros que ante los ojos de los demás nos hacía inmortales. De gran capacidad y entendimiento, nos encontrábamos dentro de lo que podia ser, una relación casi perfecta.

En diez meses estábamos en el punto que marcaría una diferencia, que generaría una inmensa brecha de mar descontrolado, con vientos, corrientes y dos ahogados.

Manera ruin en la que yo, un día de profundo dolor, mezclado con rencor, salí en busca de una venganza. Queria hacer sufrir a mi pareja, no le perdonaba que por un lado, me dijera que era sincero, y por otro, yo me enterara de cosas y situaciones de las cuales él, por temor a mi rancia y mal habida reacción se negaba de contarme.

Actué sin razón, de mal humor. Me adentré en un sauna de una zona poco transitada en una tarde de intenso sol. No salí hasta no haber dado de mí, más de lo que nunca antes había sido capaz de dar. Seis venidas cargadas, de odio, de dolor, de desesperación, mas nunca de satisfacción. Se disfrutó pero pronto padecí el más terrible dolor.

Oh! Que vida tan llena de altibajos, que sancadilla me he yo mismo propiciado, caí de frente, rompí mi naríz y quedé ciego. Ya no volví a sentir el olor de mi pareja ni sus dulces besos. Se convirtió en pesadilla aquel amor que despertaba envidias en toda esquina.

Oh! Vida mal habida, error irremediable, dolor que indunda hasta la más cerrada de mis uñas.

Me equivoqué, y perdí todo. Nunca debí haberlo echo, y a pesar de haberlo hablado con él, y de él haberme perdonado, no soporto recordar el momento en que su corazón se partió en mil pedazos, es su único recuerdo ahora, ahora, antes de saltar al hueco, de lanzarme al abismo, de no volver al cielo. Pues es el infierno, el que con sus puertas abiertas, espera mi ingreso, en donde me esperan muchos cuerpos, mucho sexo, mucho dolor, sexo que duele, sexo que no ama, sexo que daña, sexo que pudre hasta la más pura papaya.

Estas son pues, las últimas palabras de un hombre que ante la desgracia y el no dominio ni control de la rabia, perdió todo sentido y disparó a su mismo pecho con el arma que pensaba, utilizar para ganar la batalla, y sucumbió ante el deseo.

Nunca más pudo recuperar su honor, nunca más pudo disfrutar de hacer el amor, la eyaculación venia con dolor. Pesadilla había convertido la relación. Al diablo que ni el mejor postor, pudo ni tuvo, cómo recobrarse del dolor. Nunca más hubo alegrias, solo llanto y sollozo en oscuridad abatida.

Y aunque este hombre, fue perdonado por su amado, nunca se perdono él. Que ante lo más despreciado, se haya él, entregado. Tan ingenuo que pensó que solo de carne se trataba, pero ahora confirmó, que su corazón destruyó. La vida de su amado terminó, y la suya no volvió a contemplar.

Oh amado, que en paz descanses, estás tú en el cielo, yo me dirijo al infierno, pero no quiero dar tregua a un suspiro más, que esta vida un suplicio se ha vuelto. Vigila mi alma castigada desde lo alto de los cielos, yo espero, olvidarme de tí. Nunca amé a otro, pero en el olvidó tendrás que esperar.


Ahora que te fuiste
pensé que iba a estar triste
y cual fue mi sorpresa
que ya no te extrañé,
y me quedé pensando
¿qué me estará pasando?
Que ahora me parece
que todo lo soñé.

Quizás jamás te quise
como siempre te dije
yo te necesitaba
quizás por soledad.
Pero te fuiste tantas
tantas, tantas veces
pagando estás con creces
tu infidelidad.

Ahora estoy tranquila,
yo ya no vuelvo contigo, no.
Quiero ser como era antes,
ya no quiero ser tu amante,
ya no.

Que tengas buena suerte,
si un día vuelvo a verte,
no quiero que me hables,
te pido ese favor.

Jamás nos conocimos,
jamás fuimos amigos,
todo fue un loco sueño,
del cual despierto hoy.

Quizás jamás te quise
como siempre te dije
yo te necesitaba
quizás por soledad.
Pero te fuiste tantas
tantas, tantas veces
pagando estás con creces
tu infidelidad.

Ahora estoy tranquila,
yo ya no vuelvo contigo, no.
Quiero ser como era antes,
ya no quiero ser tu amante,
ya no.
Ya no.
Ya no.


Juan Gabriel
La infidelidad

10 comentarios:

JavieRodrigo dijo...

¿Otra confesión?

Arquitecturibe dijo...

Hmmmm no creo que sea confesion...
me parece muy dura y muy empedrada para ser una confesion tuya... Vamos! que eres una persona que entrega y supura amor....
Aun asi, no se le puede quitar lo hermosamente construida....
saludos, desde mi lejana y olvidada galaxia mi ingrato amigo.

Arquitecturibe dijo...

Bueno... este angel aunque oscuro conmina a todos aquellos ingratos que no regresaron por la lejana galaxia (bien sea por flojera, trabajo y/u otros) que den un saludito por amor de Dios... que eso no les quita nada y asi no me dejan el chusito sin razon de vivir!
Saludos... desde la lejana, lejana, lejana y olvidada galaxia

jako dijo...

Siempre pensamos que cuando nos equivocamos las terceras personas son las que sufren más… de alguna manera es así; pero solo basta con hacer una introspección para saber el agujero tan grande que se adueña de nuestros cuerpos por saber que hemos herido. Es un infinito vació, al que se va esperanza alguna

Un abrazo

Arquitecturibe dijo...

Solo venia a ver si habia algo nuevo por estos mares!
saludos desde la lejana galaxia

Hector Felipe Villamizar dijo...

Arrecho… me gusto y pude sentir entre letras. Lo bueno de la vida es que el ser humano puede aprender de la experiencia de otros. Saludos.

Oz Vega dijo...

Hola..
Pues Na'
Ando en campaña promocional de mi Alter Ego: OZ (bueno, a decir verdad es un planeta pequeñito en mi lejana galaxia) asi que hoy viene de embajador a dejar mi saludito en tu casa.
Dark Angel

JavieRodrigo dijo...

Amor NENÉ lindo, ¿me dejas volver a publicar?

Anónimo dijo...

Amo cada una de tus letras pues siempre me haces reflexionar de la vida y de lo mal rodeado que podemos estar, agradezco, de nuevo tus palabras, eres un perfecto ejemplo de la persona que quiero yo en la vida.

Lo que casi nadie entiende es que dar papaya por lo general termina mal, y en una relación se necesita de dos, no de uno que constantemente haga lo que se le de la gana y pase por encima del otro.

Gustavo Puntila dijo...

De las caidas uno termina aprendiendo y aprehendiendo tanto que después las miras como buenas experiencias...